En el 413 d. C, Atenas recibió un duro revés: la noticia del desastre militar más grande de su historia. Las fuerzas expedicionarias atenienses en Sicilia, la más grande que la ciudad había enviado a ultramar, había sido aniquilada. La calamidad fue tal que se contaban por cientos la naves, soldados y recursos que se habían perdido en la batalla. ¿Cómo sobrevino tal catástrofe? Objetivos militares confusos y la falta de entendimiento de tres generales que discutían sobre cómo alcanzarlos, proveyó a la expedición ateniense de una de las lecciones más costosas de la historia militar. Los soldados rasos, lejos de su hogar, fueron quienes tuvieron que pagar el precio más alto.
Tamaño 350 MBs
martes, 16 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario