Dedicó gran parte de su vida al continente africano, llegando donde nunca antes lo había hecho el hombre. Gracias a sus exploraciones y a las rutas por él trazadas, conocimos parajes como las cataratas Victoria o el río Zambeze. De regreso a Inglaterra, el doctor David Livingstone fue recibido como un gran explorador, sin embargo, muy pronto decidió abandonarlo todo para reanudar su compromiso con el continente negro. El espacio examina cómo el deseo del doctor de abrir África terminó desembocando en la barbarie colonialista del siglo XIX que destruyó su querida tierra.
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martes, 16 de octubre de 2007
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