El 11 de septiembre no fue la primera ocasión en la que extranjeros llegaron en secreto a suelo americano para atacar. En plena Segunda Guerra Mundial, ocho saboteadores alemanes cruzaron el Atlántico en dos submarinos y desembarcaron en la costa este con planes para atacar, destruir y aterrorizar. Después de su captura, seis de ellos fueron ejecutados, mientras que el líder del grupo acabó sus días en prisión. Documentos del FBI recientemente desclasificados ofrecen un nuevo retrato de esta misión condenada y relatan una sorprendente historia desde el punto de vista de los espías.
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miércoles, 10 de octubre de 2007
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