viernes, 12 de octubre de 2007
La Antigua Arabia
Imaginemos un reino cuyos mercaderes mantuvieran una sociedad que se basase no en el oro ni en el hierro, sino en la riqueza de la suave fragancia del perfume, las especias y el incienso. Ésta fue la tierra de la mítica Reina de Saba, que viajó a través del desierto para visitar a uno de los reyes de la Biblia, Salomón. Una tierra donde los comerciantes vendían a los egipcios las exóticas sustancias que utilizaban para momificar a sus muertos.
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