En el siglo XVIII, Francia era una de las naciones más ricas del mundo; contaba con un rey poderoso, una población entregada a la cultura y uno de los ejércitos más fuertes de toda Europa. Precisamente, esta situación de bonanza sería la que provocaría que la deuda se disparase, en parte por el apoyo que la monarquía francesa estaba prestando a la guerra de la Independencia Americana, por lo que la crispación entre las clases medias y las más pobres aumentó considerablemente. Así, el 14 de julio de 1789, el descontento generalizado de la población estalló con el asalto de una muchedumbre de parisinos embravecidos a la Bastilla. Nacía de este modo la Revolución Francesa, una revuelta capaz de hacer temblar los cimientos de la monarquía, de hacer desaparecer los últimos vestigios del feudalismo y plantar las semillas de la política moderna.
Tamaño 901 MBs
sábado, 13 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario